Un amigo me decía: Quién no disfruta estar sólo consigo mismo, está en muy mala compañía. Quiero distinguir entre estar sólo, y no tener con quien compartir aspectos personales o íntimos. O el sentimiento de soledad, que es una actitud que no está relacionada con los demás, es mi propia percepción de que a nadie le interesa lo mío. Es muy diferente estar sólo que sentir la soledad. Puedo dormir en la misma cama con alguien o estar en una fiesta familiar íntima, plena de afectos y de calidez, y sentir una gran soledad. O estar en un cuarto lejos de todos y de todo de lo que me es cercano, y sentir que puedo estar bien conmigo sabiendo que la vida tiene momentos para estar compartiendo con otros, y momentos para estar conmigo mismo. En nuestra cultura, nos enseñan que es doloroso estar sólo, que nos debemos sentir mal cuando no tenemos compañía. Si nos gusta o disfrutamos de la soledad, somos un poco raros. Se dice con frecuencia, “pobrecita de esa persona que esta sola”...